ArtMedia de la herencia histórica a la era digital

Hacia los 500 años de la Ciudad de Puebla

El blog de Noé Domínguez
, 15 February 2019

En el año de 2013, Puebla coqueteaba con una idea en materia de innovación y diseño: la postulación a la red de ciudades creativas de la UNESCO. Durante algunos años en conjunto con el gobierno municipal de Puebla, sociedad civil, academia, e industria, trabajamos en la creación de un Mapa de Ruta. Se definieron varios proyectos que pudieran postular exitosamente a Puebla dentro de un conjunto selecto de ciudades que buscan fomentar el potencial creativo.

Sin embargo, Puebla es una capital que aún se está definiendo en cómo utilizar la tecnología a su favor. En las mesas de trabajo, de acuerdo con la industria se ha planteado que la tecnología y el diseño se utilice para potenciar la industria automotriz, textil y de materiales. Sin embargo, hoy en día la tecnología nos ha demostrado que puede estar en cualquier industria y que además puede cambiar nuestra vida cotidiana.

Quiénes hacen Art Media y cómo lo usamos

Uno de los polos de desarrollo académico de que más admiro es el MIT Media Lab. Es un lugar en donde obtener un título de Artes exige el uso de la ingeniería para desarrollar nuevos temas académicos. A pesar de que pareciera que ahí ocurren proyectos interdisciplinarios, Joichi Ito -el director- lo define más como un lugar donde suceden proyectos antidisciplinarios. Estudiantes y profesores no solo colaboran entre disciplinas, sino que exploran el espacio que hay entre ellas y más allá. Actualmente, el laboratorio se define como un lugar donde ocurren proyectos en la intersección de tecnología, medios, ciencia, arte y diseño; en donde el mundo del cómputo no consiste simplemente en las computadoras, sino en adaptarlas a nuestro vivir, pues están en todos lados. Hoy en día, a través de ellas entregamos y recibimos un mensaje; son un medio de comunicación.

Whiplash: How to Survive Our Faster Future by Joi Ito
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La tecnología como coordinadora de la nueva organización ciudadana

Las redes sociales e internet han demostrado ser plataformas tecnológicas útiles para crear nuevas formas de organización ciudadana. Han democratizado la información y se han posicionado como un nuevo medio de organización. Al mismo tiempo, presenciamos algunos retos y fenómenos que pueden habilitar el escalamiento de la cooperación ciudadana. Nos han enseñado nuevas maneras de organización y de gobernanza. Un buen ejemplo de organización a través de la tecnología es la manera en que nos enfrentamos al sismo del 19 de septiembre de 2017. México se organizó a través de sus ciudadanos de una manera ejemplar. Un grupo de colaboración interdisciplinaria entre computólogos, tecnólogos, arquitectos, ingenieros, analistas de datos, periodistas y ciudadanos ayudó a que la recuperación y la reacción ante los daños del sismo se dieran en cuestión de minutos.

Con la tecnología emergieron grupos y herramientas enfocados en la distribución de recursos, verificación de hechos, organización de trabajo, evaluación de riesgos, entre otras soluciones. De manera ejemplar, la utilizamos para distribuir recursos de una nueva manera, lo que rebasó la capacidad de nuestro Gobierno. En cuanto a la gobernanza, ciudadanos y Gobierno han creado nuevos canales de comunicación y de rendición de cuentas. La disponibilidad y el derecho a la información pública han hecho posible una dinámica nueva para la toma de decisiones y comunicación entre ambos.

Diseño de Bot para Revisa Mi Grieta publicado en Fortune México
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La tecnología puede ser transformadora, pero nuestras ciudades se mueven en la dirección contraria

Podríamos decir que aprovechamos la tecnología al conectar a una persona aislada con otras y con recursos e información. La tecnología puede ser vinculante y promotora de la autonomía. Un ejemplo de cómo puede ayudar a conectar es la aplicación de citas Tinder, pues MIT Technology Review reportó que ha vinculado a personas desconectadas y ha aumenta- do los matrimonios interraciales1 . Al mismo tiempo, tenemos una respues- ta tecnológica para crear un sistema financiero descentralizado a través de la tecnología del blockchain y Bitcoin2. La moneda electrónica ha permitido crear un mercado de bienes y servicios descentralizado que, además, permite la transparencia en las transacciones. Todos los usuarios de Bitcoin están sujetos a la autonomía y transparencia por defecto.

Sin embargo, cuando nos trasladamos al análisis de la vida en nuestra metrópoli, nos encontramos con que nuestra ciudad se mueve en otra dinámica, contraria a lo que promueve la tecnología transformadora. Nos encontramos, por ejemplo, con que la ciudad segrega a sus habitantes a través de desarrollos habitacionales donde se han creado suburbios de élite y otros de interés social. Así, se han generado burbujas con realidades distintas y ajenas, que limitan el quehacer político y marginan. Podemos decir también que las grandes distancias entre los centros de trabajo y los centros de vivienda evitan que el ciudadano tenga autonomía en el uso de su tiempo, pues debe utilizarlo para trasladarse de su casa a su centro de trabajo, lo cual evita que lo use para su desarrollo y el de su comunidad.

La tecnología ciudadana para la democracia

Un objetivo deseable en el cual podemos emplear la tecnología hacia el año 2031 es extender el potencial del ciudadano en la transformación de su entorno. Podemos utilizar herramientas informativas para que extienda su entendimiento y tome decisiones más informadas y para que pueda crear un nuevo sentido en la toma de decisiones sobre su vida y la de su comunidad. El uso de datos públicos y abiertos extiende el entendimiento sobre lo que ocurre, sobre el ejercicio de presupuestos, y le ayuda para la reflexión y la toma de decisiones colectivas. En un futuro, el uso de plataformas tecnológicas posibilitará nuevas votaciones en línea para una democracia más participativa, líquida y efectiva: participativa porque se podrán hacer con mayor frecuencia consultas a los ciudadanos sobre problemas que les importan; líquida porque se crearán nuevos mecanismos de democracia con delegación de votos.

Así, en una democracia líquida los ciudadanos, dependiendo de las votaciones y la elección, pueden delegar su voto a alguien de su confianza. Si el ciudadano tiene confianza para que alguien vote por él en referendos de parques, podrá hacerlo, otro para infraestructura de agua y así sucesivamente. A través de plataformas electrónicas, se pueden tener las mejores características de la democracia representativa y la directa.

El arte y su propósito en la tecnología

La tecnología y el arte han creado una combinación muy dinámica a través de nuevos formatos que van más allá de las artes clásicas. A pesar de ello, el arte mismo sigue sacudiendo y sensibilizando a las personas; crea activaciones diversas y nuevos espacios. La tecnología puede servir para declarar un cambio o crear una conciencia en las personas. De esta manera, el arte con un mensaje, a través de la tecnología, puede proveer autonomía y no dependencia de una herramienta de control.

A veces vislumbramos que la tecnología nos está haciendo prisioneros de un formato de vida predefinido, que nos vigila y sigue cada uno de nuestros movimientos. Es verdad que esto ocurre, pero al mismo tiempo puede ser un vehículo para llevar mensajes de impacto para la transformación social. Cada vez es más importante acotar el espacio de lo que ocurre en el plano digital y en nuestra vida cotidiana. Ambas realidades pueden habilitar la conciencia colectiva y la cooperación. Sin embargo, es pertinente que este medio se mantenga neutral, libre y abierto. Es nuestra responsabilidad velar por la privacidad de nuestras vidas y por la libertad de expresión.

Hacia el 2031, otras tecnologías como la impresión 3D, la realidad virtual y la realidad aumentada servirán como medio para hacer más accesibles los sitios de patrimonio en nuestra ciudad. Podremos generar réplicas de espacios y personajes que nos trasladen a otras épocas; crear personajes y ava- tares que intervengan en espacios ciberfísicos, donde la realidad y el espacio virtual converjan en distintas formas. Lo anterior a través de visitantes virtuales, de nuevas experiencias sensoriales e incluso de sensores conectados a nuestro cerebro.

David Eagleman, profesor de neurociencia en la Universidad de Stanford, ha estudiado el fenómeno de la sustitución sensorial. Afirma que podemos tener un modelo sensorial similar a lo que experimenta el Señor Cara de Papa en Toy Story. De esta forma, podemos conectar y desconectar los sentidos a nuestro cerebro, cambiándolos de lugar, y estos deberían funcionar de la misma manera, pues el cerebro puede interpretarlos desde cualquier posición. Nuestros sentidos están acotados a un pequeño espectro sensorial al cual nuestro cerebro está adaptado. De la misma manera, se adaptaría a usar otros sentidos si los aumentáramos o si mejorásemos sus capacidades. Incluso, pueden ser más que sentidos locales; pueden ser sentidos aumentados por sensores fuera de nuestro cuerpo. Así, si conectáramos el estado del clima a nuestro cuerpo podríamos desarrollar un sentido consciente del clima, o sensible, por ejemplo, a la bolsa de valores.

El horizonte, hacia los 500 años de nuestra metrópoli, parece lejano, pero en realidad, la tecnología que está aquí hoy tendrá impacto en una década. Esto ocurrirá mientras nos damos a la tarea de desarrollar proyectos que mejoren nuestra metrópoli. Por ello, deberíamos trabajar para encontrar nuestras propias soluciones y utilizar nuestra propia filosofía para la creación de herramientas, con el fin de ser responsables y crear la tecnología que necesitamos, y usar el arte y el diseño como vehículos de desarrollo en nuestra propia realidad. Utilicemos nuestra imaginación como la tierra media para materializar nuestra realidad a través de la racionalidad. Dos mil treinta y uno, ahí estaremos pronto.

Referencias:

[1] First Evidence That Online Dating Is Changing the Nature of Society

[2] Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System

Publicado en: “La Ciudad de Puebla hacia sus 500 años.” 15.6 Art Media: De la herencia histórica a la era digital.